Nos conocimos, como muchas personas en la actualidad, por medio de las redes sociales. Platicábamos de vez en cuando, hasta que llegó el momento de conocerse. Inicialmente solo éramos amigos, pero poco a poco las cosas cambiaron de dirección. Empezamos a trabajar algunos proyectos de fotografía y dirección de arte juntos y la convivencia nos llevó a vernos con otros ojos y empezamos a salir. Poco a poco, nos dimos cuenta que la creatividad era algo que nos unía mucho. A ambos nos gustan los colores fuertes, los estampados, el arte, la moda, la música y todo lo que nos permita crear y convivir. Eventualmente, nos mudamos juntos. Nuestra casa es una materialización de todas esas cosas que nos gustan. El espacio que compartimos no es solo nuestro hogar y el de nuestros gatos -Bimba y Macario-, también es un espacio en el que convivimos con nuestra familia de sangre que nos apoya muchísimo y con nuestra familia escogida, que son nuestros amigos, con los que convivimos constantemente.

